Este es un gran primer paso para viajar con menos plástico, porque una vez te acostumbras a utilizar jabón y champú sólido es muy práctico. Ocupan mucho menos que los envases tradicionales y se pueden llevar en la mochila de mano. Aunque todo sea dicho, hacer esta transición puede no ser sencilla, tu pelo necesita unas semanas para adaptarse y puede que no te quede bien con todos, es un poco cuestión de ir probando y sobre todo darle unos lavados de margen. 

Otra gran ventaja es que duran mucho, con una pastilla de jabón sólido tendrás de sobra para todo tu viaje. Nosotros hemos llegado a usar durante dos meses un mismo champú sólido.

Decir no a las bolsas es algo facilísimo que puede hacer que reduzcas mucho tu consumo de plástico. Elige una bolsita de tela fina de estas que no ocupan nada y llévala siempre a mano en tu mochila o bolso. Cuando tengas que comprar algo o veas que te van a dar una bolsa de plástico sácala. 

Tendrás que estar al tanto porque en muchos países son expertos en ponerle bolsas de plástico a todo, incluso una mini bolsita para sujetar las bebidas para llevar. 

Comer en puestos callejeros es algo que seguro que haces en tus viajes, es barato, local y está rico, ¿Qué más se puede pedir? La parte negativa es que en muchos puestecillos te ponen cubierto de plástico o palillos de usar y tirar envueltos en plástico. Si te paras a hacer un cálculo rápido es bestial la cantidad de plástico de un solo uso que se genera en apenas unas horas.

Una opción es llevar un pequeño pack de cubiertos para viajar. Los hay que se doblan, que no pesan nada o incluso que por un lado son cuchara y otro tenedor. Ten en cuenta que si viajas con maleta de mano no puedes llevar cuchillo, pero siempre puedes comprarte una navaja pequeña en el destino para comer fruta de lujo.

Esto está muy relacionado con el punto anterior, y es que en algunos puestos callejeros utilizan platos de plástico o poliestireno para servir la comida, y por supuesto pides para llevar pues también te pondrán todo en envases de plástico. Para evitarlo puedes llevar un tupper plegable y pedir que te echen en él la comida. O lo que es aún más sencillo (o más bien complementario) es fijarte antes de sentarte si utilizan platos de verdad. La mayoría de puestecillos sirven comida muy parecida así que una de las razones para elegir uno, o el otro, puede ser esta.

Se trata de otro pequeño gesto tan simple como pensar si de verdad quieres/necesitas ese café o esa bebida para llevar. A veces, lo pedimos instintivamente, nos lo preguntan y decimos que sí o ves como te lo van a poner para llevar sin pedirlo. Pues oye, si te lo vas a tomar en el local o te da igual donde tomarlo, opta por especificar que lo quieres en taza. El día que lo quieras llevar, o si estás en un puestecillo que solo sirven take away, pues no pasa nada, porque ya vendrán otros días en los que puedas evitar el plástico. Pero los que no lo necesitas para llevar estarás haciendo un pequeño gesto para viajar con menos plástico.

Esta es una de las maneras más sencillas de viajar con menos plástico. Hay muchísimos sitios donde vas a poder rellenar tu botella. El ejemplo más claro es el aeropuerto, prácticamente en todos hay fuentes de agua fresquita y buena. A mi no me entra en la cabeza que haya quien paga 3€ por una botella… 

Aunque en países europeos es muy fácil rellenarla con agua buena, en otras zonas del mundo no lo es tanto. Bajo nuestra experiencia en el Sudeste Asiático es relativamente sencillo porque en restaurantes y alojamientos es habitual que tengan agua filtrada. Incluso en Tailandia hay unas máquinas de agua filtrada por la calle en las que el litro vale nada y menos y te rellenan la botella. Vamos, que sí buscas hay opciones. 

En cambio, por otras zonas como Centroamérica o Egipto nos ha costado mucho más conseguir agua potable y que esté buena de sabor. Para esas ocasiones nosotros llevamos un filtro de agua que la potabiliza y también existen botellas súper prácticas que lo tienen incorporado. Nosotros hemos bebido litros y litros en lugares donde el agua no era potable y no nos ha sentado mal, pero entiendo que es una opción que a priori da más cosilla. 

Los productos menstruales son una auténtica pesadilla para el medio ambiente. Una sola mujer que utilice tampones y compresas puede llegar a generar 65kg anuales de plástico. 

Por suerte, estos últimos años están saliendo muchísimas alternativas sostenibles. Como la copa, braguitas menstruales, compresas reutilizables. Si no lo conocías ahora hay hasta bikinis menstruales, un puntazo para llevarte de viaje.

Llegar a tu hotel y que tenga unos botecitos monos bien puestos listos para ser usados nos gusta a casi todos, pero vamos a ser sinceros, ecológicamente hablando es un horror. Siempre que puedas utiliza tus productos de higiene y así no necesitarán poner nuevos para el siguiente huésped. La buena noticia es que cada vez más hoteles optan por poner dispensadores, ¡muchísimo mejor que los mini champús!

Hay muchos productos del día a día que es fácil sustituir para intentar vivir y viajar con menos plástico. Eso sí, no cojas y te vayas a comprar todo nuevo, mejor esperate a que se estropee o toque cambiar el que ya tienes. 

Algunas ideas son; 

• Cepillo de pelo de bambú
• Maquinilla de afeitar de acero con cabezales intercambiables
• Bastoncillos de bambú
• Cepillo de dientes

Puede parecer que sea totalmente irrelevante que productos como tu cepillo de dientes sea de plástico porque es algo que se cambia cada varios meses. Pero, echa el cálculo… sólo en España ya somos 48 millones de personas, con que cambiemos el cepillo de dientes 3 veces al año estamos usando casi 3.000kg de plástico. 

Una vez coges el hábito no cuesta nada, es más, te sale solo ver algo en la montaña y guárdelo en el bolsillo de la mochila. Además, suele generar conciencia colectiva, si vas por la playa recogiendo pequeños plásticos o andando con lo que ya has recogido en las manos, vas a ver como más de uno empieza a hacerlo.

Hay países paradisiacos como Maldivas que no logras entender como se pueden llenar sus playas de plástico, pero es que es tremendamente difícil su gestión. La mejor manera de reciclar siempre será no producir residuos.

Además, de estas 10 maneras de viajar con menos plástico en tus viajes, otro consejo es comprar lo más local posible. Un ejemplo claro es en los souvenirs, si te vas a Costa Rica y le llevas a tu madre como detallito un imán de madera pintado a mano, no solo estarás apoyando a la comunidad local con tu compra más que si le compras un imán que viene de China, sino que le estarás contribuyendo a evitar que recorra medio mundo envueltísimo en plástico. Porque ese imán ya está allí, pero cuanto más baja sea la demanda menos compras se harán en el futuro.

¡Gracias por llegar hasta aquí! Espero haberte ayudado un poquito en tu camino para viajar con menos plástico, y dado alguna idea que implementar en tu próximo destino.